Amigo lector, a buen seguro que has oído hablar de la Villa de las tres mentiras, ¿verdad?
Que sí hombre, aquella que ni es santa, ni es llana ni tiene mar. Y, además, tiene adoquín y mucho turista. ¿A qué te han entrado unas ganas locas de conocerla si aún no lo has hecho?
Efectivamente, estamos hablando de uno de los pueblos con más encanto de la geografía española: Santillana del Mar, situada a unos 30 kilómetros de Santander.
Podría hablarte extensamente de su patrimonio histórico y arquitectónico, pero no quisiera aburrirte ya que de eso ya hablan en muchas otras webs.
Lo mejor es perderte por sus calles y seguro que irás a parar a la Colegiata de Santa Juliana, la joya del románico en Cantabria.
Visitar Santillana es como volver al pasado, con sus casas, los negocios, las calles…y seguro que no se te olvida en años.
Te voy a contar un secreto, que hoy dejará de serlo. A nosotros nos encanta visitar Santillana fuera de temporada turística, a poder ser por las tardes entre semana. Bajamos por la calle del Río, la calle mayor para que me entendáis, y paramos en Casa Quevedo a comprarnos un sobao o un cachito de quesada con su vasito de leche y nos sentamos a los pies de la Colegiata a merendar. ¡Gloria bendita, oiga!
Muy cerquita de allí tienes la cueva de Altamira, aunque realmente la que se puede visitar es la NeoCueva, pero eso merece una entrada aparte. Muchos visitantes aprovechan la cercanía de ambas para verlo el mismo día, y algunos hasta se dejan caer por la vecina Ermita de Santa Justa en Ubiarco que está a unos 10 minutos en coche de Santillana.
🌅VIVE CANTABRIA🌄 