Querido lector, hoy vengo a hablaros de la capital de Cantabria.
Sí, de Santander, pero me gustaría hacerlo desde el otro lado porque hablar de Santander también es hablar de mar y de su Bahía que forma parte del “Club de las Bahías más bellas del Mundo” junto a mí no menos amada y añorada Roses (Costa Brava).
Ya no sólo lo dicen, y mucho, los propios santanderinos, ahora ya tiene el reconocimiento y sello internacional.
No es de extrañar pues que la relación del mar con Santander haya sido fuente de inspiración para canciones tan famosas como “Santander, La Marinera” de Chema Puente o “Santander, eres novia del mar” de Jorge de Sepulveda que te invitamos a escuchar en estos vídeos.
Un paseo por la bahía de Santander
¿De qué os estaba hablando? Ahh sí, del privilegio de vivir en una ciudad con mar y tener la posibilidad de pasearla desde el otro lado, es decir, dejar por un rato el asfalto y embarcarnos para redescubrir la ciudad por su frente más marítimo.
Reconozco que soy un enamorado del mar, aunque le tengo respeto, y no me lo pienso dos veces cuando me ofrecen un plan que implique cualquier tipo de embarcación y alejarme del asfalto.
En mi última boat trip aproveché para hacer algunas fotos que me gustaría compartir con vosotros para que veáis que la belleza de Santander.
¿Zarpamos?
Salimos del puerto de Raos y rápidamente avistamos la famosa Boya 14 de la bocana del puerto, la vieja y la nueva, y pusimos rumbo a la nave Botín, símbolo del anillo cultural y nueva postal arquitectónica de la ciudad.
A su lado, como si no hubieran pasado los años, la grúa de piedra, que ya no levanta embarcaciones, pero sí las miradas de los visitantes.

Sin tiempo a despedirnos de ella, nos adentramos en el bullicioso Paseo Pereda con el Palacete del Embarcadero, desde donde zarpan y atracan las famosas Pedreñeras, las lanchas que atraviesan a diario la Bahía con destino a Pedreña, Somo y, en temporada estival, a la Playa del Puntal.
Desde hace unos años, el Embarcadero comparte flashes fotográficos con la Farola más famosa de Santander. No hay más que echar un ojo a Instagram para comprobarlo.
Coincide nuestro paseo con la visita del galeón Andalucía que llama la atención desde tierra, mar y aire, una réplica de uno de los buques de descubrimiento y comercio interoceánico que surcaban los mares del siglo XVI al XVIII.
Si nos despistamos se nos pasará de largo otro de los símbolos del paseo Pereda, las estatuas de los Raqueros a quien ya dedicamos una entrada en este blog, que quedan a pocos metros del Club Náutico que abre las puertas del Puerto Chico, el puerto urbano de la ciudad.

¿Seguimos o necesitáis biodramina?
Claro, no íbamos a dar media vuelta ahora, y ponemos proa al CEAR Vela Santander, al Palacio de Festivales con su arquitectura leonada y al renovado muelle de Gamazo.
Aminoramos la marcha y disfrutamos de la brisa marinera al pasar por el Museo Marítimo que nos da la bienvenida a los tres primeros arenales de la capital: La Playa de los Peligros, Bikinis y la Playa de La Magdalena.
En otras ocasiones hemos navegado hasta la Isla de Mouro que despide la Bahía de Santander, pero en esta ocasión fondeamos en Los Peligros para pegarnos un refrescante baño.

Espero que hayáis disfrutado del paseo marítimo tanto como yo al recordarlo.
Si no tenéis la suerte de conocer a alguien con embarcación existen una serie de empresas que ofrecen este plan 100% recomendable para descubrir o (re)descubrir la ciudad desde el mar: Santander Bahía Tours o Los Reginas.
Si has llegado hasta aquí y se te ocurren alguna otra parada en la trip boat por la Bahía de Santander te invitamos a compartirla en el espacio de comentarios.